Argentina

NUEVA YORK, 06/02/2007 (Efe)
Los chiíes celebraban la muerte de Sadam Husein. Los suníes observaban con resentimiento. Estalló la violencia. Pero los cristales que saltan por los aires no son los de los comercios de Bagdad, sino los del barrio chií de Dearborn, en Michigan.
 
Por eso la violencia, que desgraciadamente ha dejado de ser noticia en Irak por ser ya lo habitual, ocupaba este domingo la portada del 'The New York Times'.

Allí, en el restaurante Al Akashi de la Avenida Warren (Detroit), junto a un cristal resquebrajado por el vandalismo, un camionero chií contaba al rotativo cómo la sangrienta guerra civil que se ha desatado en Irak tiene su eco en la emigración iraquí de Estados Unidos.

«Esta gente nos mira como si le hubiéramos vendido nuestro país a EEUU», contaba Aqeel al Tamimi. A lo largo de esa avenida a las afueras de Detroit, una docena de comercios y tres mezquitas han sido objeto del vandalismo en dos ocasiones.

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