Argentina

El incendio de dos iglesias cristianas y un sangriento ataque contra una organización musulmana minoritaria hacen temer un rebrote de la intolerancia religiosa en Indonesia, donde el gobierno es acusado de laxismo ante los movimientos islamistas violentos.

Un grupo de 1.500 encolerizadas personas incendiaron dos iglesias y saquearon una tercera este martes en Indonesia, país que cuenta con el mayor números de musulmanes del mundo, cerca del 90% de sus 240 millones de habitantes.

Los hechos se produjeron durante enfrentamientos del grupo con la policía, cuando reclamaban la pena de muerte para un cristiano condenado por blasfemia contra el Islam, según fuentes policiales.

El grupo protestaba por considerar insuficiente la condena a cinco años de prisión infligida al acusado, un hombre de 58 años.

«Gritaban ‘matad’ y ‘quemad’ al dirigirse hacia las iglesias», cuyas «ventanas fueron rotas y los techos incendiados», relató Djihatono, un portavoz de la policía de Temanggung, localidad en el centro de la isla de Java.

El domingo, siempre en Java, unas mil personas, algunas armadas de machetes, se manifestaron atendiendo al llamamiento de organizaciones islamistas para impedir una reunión de una secta islamista, Ahmadiyah, en una casa particular, ante la presencia de la policía, que se mantuvo pasiva.

Tres miembros de ese movimiento murieron, según la policía.

Un vídeo mostrando esos actos de violencia fue difundido el lunes por los medios indonesios. El presidente indonesio se declaró el lunes «profundamente preocupado» por este ataque, que se produjo en vísperas de la apertura de «la semana por la armonía entre las religiones».

Estos ataques fueron de inmediato denunciados por las organizaciones de defensa del pluralismo y los derechos humanos, inquietas ante la emergencia en los últimos meses de violencia vinculada con la religión.

Pese a ser el mayor país musulmán del mundo, Indonesia tiene una Constitución que estipula que el Islam no es religión de Estado y proclama la libertad de culto.

Los actos de violencia no afectan solamente a los cristianos, que suman menos del 10% de la población, como demostró el ataque cometido el domingo contra Ahmadiyah, movimiento minoritario del Islam. «Este brutal ataque contra Ahmadiyah ilustra el fracaso del gobierno indonesio en proteger a las minorías religiosas», afirmó Donna Guest, directora adjunta de Amnistía Internacional para Asia.

Preocupados ante el deterioro de la situación, los mayores responsables de las seis principales religiones ya habían exhortado al presidente Susilo Bambang Yudhoyono a exhibir mas firmeza y autoridad para hacer respetar la libertad religiosa. Se trata de evitar, según estos responsables, que se reproduzcan los graves disturbios interconfesionales que causaron miles de muertos a principio de los años 2000, especialmente en las islas Molucas y de Sulawesi.

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