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AMSTERDAM, 09/01/2007 (ACI)
La religión, especialmente el cristianismo, parecen estar muy vivas y de vuelta en la ultra secular Holanda; aunque quienes regresan a la fe buscan alejarse de la vida pública oficial en vez de salir al encuentro de la sociedad que le rodea.
 
Así lo revela un análisis titulado, «El futuro post-secular de Holanda», elaborado por el periodista holandés Joshua Livestro.

Además del incremento de las personas que oran en sus centros de trabajo y en las grandes empresas que hoy permiten las oraciones públicas, «Dios está de vuelta en Holanda», como por ejemplo evidencian la vuelta de los crucifijos en el atuendo personal y los símbolos religiosos en las aulas de las escuelas cristianas.

Asimismo, Livestro comenta el éxito de algunos escritores cristianos cuyas obras han ganado los premios más prestigiosos del país.

DESCENSO DE CRISTIANOS
Pero no todas son buenas noticias: Livestro explica que las confesiones cristianas han ido perdiendo a muchos de sus miembros. Los miembros de las iglesias protestantes han descendido de 23 por ciento en 1950, a 6 por ciento de la población, y de acuerdo a los cálculos del gobierno, estas cifras bajarán aún más hasta llegar a un dos por ciento; mientras que los católicos han bajado de 42 por ciento de la población en 1958 a 17 por ciento, cifra que podría llegar a un 10 por ciento en el año 2020.

El periodista holandés explica que este decrecimiento se detuvo entre los menores de 20 años desde 1990; sector de la población en el que los cristianos constituyen el 40 por ciento de la población total.

AUMENTO DE JóVENES
Luego de mencionar a algunas denominaciones cristianas que atraen y comparten su fe con los jóvenes, Livestro precisa que pese al proceso de secularización, los jóvenes siguen asistiendo a las distintas iglesias que hay en la ciudad y que el porcentaje de ellos que asiste en el país a una iglesia aumentó en los últimos años.

Otro de los fenómenos que llevan a «una sociedad post-secular» es la conversión de los templos en lugares más informales, como centros culturales, salones deportivos, salones escolares para asambleas, estacionamientos, incluso night clubs. La idea parece ser que el lugar se parezca lo menos posible a los lugares tradicionales para así atraer a más creyentes.

En medio de toda esta transformación y del hambre espiritual de los jóvenes, surge una nueva forma de lugar: la casa-templo. Pequeños grupos se reúnen en las casas de cada uno de los miembros, comparten los alimentos y la adoración.

IGLESIA SUBTERRáNEA
En opinión del escritor, el cristianismo holandés es un fenómeno subterráneo. Los cristianos holandeses se han ido retirando de las esfera pública. El columnista explica también que mientras los cristianos han ido desapareciendo de la esfera pública, los musulmanes se integran cada vez más en ella y son ahora el 6 por ciento de la población holandesa.

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