Colombia, (ORBITA).- En un verdadero performance que combinó música, danzas, video, teatro y mensajes directos en contra de las malas decisiones de la vida cotidiana, se realizó en Colombia una nueva versión de Stop: Sólo para Atrevidos, un evento que paulatinamente cobra más fuerza entre los jóvenes de América latina.

En un hecho especial, Medellín y Bogotá, se sumaron al éxito alcanzado por Stop en ciudades como Miami y Guayaquil, donde ya se ha realizado esta completa puesta en escena, que gracias al buen manejo de sus contenidos y lo compacto de su formato, se convierte, paulatinamente, en un verdadero fenómeno, en lo que hace referencia a los eventos de índole juvenil.

Con una convocatoria que superó las 10.000 personas en cada una de sus versiones, tanto en la Plaza de Toros La Macarena (Medellín), como en el Coliseo El Campín (Bogotá), se transmitió un mensaje en contra de la sexualidad mal orientada y la falta de carácter al momento de tomar decisiones trascendentales, cuyo enfoque clasifica en el corazón de los creyentes y aún de los más escépticos.

Según sus organizadores, Stop es una invitación para frenar y analizar, si no sde está cambiando lo importante por lo urgente; lo realmente valioso por lo que no vale la pena. Para nadie es un secreto que los adolescentes y jóvenes están cambiando sus vidas, sus familias, su salud e incluso su futuro por cosas que no valen nada, que son dañinas y peligrosas: Drogas, promiscuidad, rebeldía, alcohol, pornografía y malas amistades, entre otros, hacen que la juventud contemporánea esté cambiando lo mejor que tienen…Por nada.

El evento, que tiene un énfasis especial sobre sentimientos, noviazgo y sexo es liderado por los Pastores Silvano y Patricia Espíndola, quienes son apoyados por un  grupo de cine y teatro y lo más importante el rock fulminante de Rescate y Pescao Vivo de Colombia.

De esta manera, se logró algo más que un gran concierto; pues ahora, además de excelente música, se contó con la participación de un punto de vista clínico, que sumado a unas buenas dramatizaciones sirvieron para la edificación de los creyentes y para el acercamiento a la fe, de aquellos que aún no la conocen.

Por: Germán “Chote” Garavito