Argentina

La tasa de mortalidad en adultos es de 2 muertes por día por cada 10.000 personas en una región castigada por la sequía y los combates territoriales.

Unos 55.000 refugiados procedentes del Estado de Unityse se encuentran en peligro el campo de Yida, en Sudán del Sur, región asolada por una fuerte mortalidad, según han denunciado diversas organizaciones no gubernamentales, entre ellas Médicos sin Fronteras (MSF) y la ACNUR.


La población de este campo previsto para acoger a 15.000 personas se ha triplicado desde febrero, debido en parte a una fuerte afluencia de refugiados antes de la temporada de lluvias. «Han huido de los Montes Nuba y de Kordofán-Sur, de la falta de alimentos y de los bombardeos», subraya André Heller-Pérache, jefe de misión de MSF en Sudán del Sur.

Más de 170.000 personas han huido de los combates entre las fuerzas de Jartum y los rebeldes, que estallaron en el verano de 2011 en las regiones fronterizas entre Sudán y Sudán del Sur.

MORTALIDAD INFANTIL
Una investigación de MSF revela una fuerte sobremortalidad en el campo, donde mueren cada día cinco niños desde junio y donde sufren diareas, septicemias, infecciones pulmonares y malnutrición. Hellen-Pérache advierte del peligro de cólera y el paludismo.

«Las enfermedades están vinculadas a la higiene. No hay suficientes letrinas ni agua potable y la gente no tiene suficiente jabón», afirma Johan Sommansson, coordinador de campo que volvió a Yida hace una semana.

El hospital de MSF en Yida recibe 250 personas a diario, y ha duplicado su capacidad hasta unas 60 camas (100 previstas). Por su parte el Fondo Central de Respuesta a Emergencias (CERF) de Naciones Unidas informó la pasada semana que ha asignado 20 millones de dólares para ayudar a los refugiados que se han desplazado a Sudán del Sur, huyendo del conflicto en los estados de Kordofán del Sur y del Nilo Azul.

TEMPORADA DE LLUVIAS
En el campo de Batil, en el estado del Alto Nilo, donde viven más de 34.000 refugiados, los resultados preliminares de otra nueva investigación epidemiológica llevada a cabo por MSF, mostraba con fecha del 31 de julio una tasa de desnutrición infantil global del 27,7% y un tasa de desnutrición severa aguda del 10,1%, cinco veces superior al umbral de emergencia.

La situación es peor para los niños menores de dos años de edad: el 18% sufre de desnutrición aguda severa. El estudio también muestra una tasa de mortalidad para los niños menores de cinco años de 2.1 muertes al día por cada 10.000 personas durante un período de 4 meses.

Además, desde el inicio de las lluvias en junio y julio, gran parte de las carreteras de Sudán del Sur son intransitables, complicando el abastecimiento del campo en alimentos y medicamentos. «Incluso los aviones de carga ya no pueden aterrizar; desde la semana pasada hemos puesto en marcha un puente aéreo con helicópteros», explicó André Heller-Pérache.

LA LUCHA POR EL PETRÓLEO
Las rivalidades étnicas y el desacuerdo sobre la explotación del petróleo han llevado al norte, musulmán, y el sur, cristiano, a un largo conflicto con dos guerras civiles con más de dos millones de fallecidos. Mediante a un referéndum en enero del año pasado, Sudán del Sur fue reconocido por la comunidad internacional, convirtiéndose en el «país más joven del mundo» desde el 9 de julio de 2011.

El petróleo supone el 60% de los ingresos del gobierno de Jartum y el 98% de la administración sureña. Sudán del Sur tiene los yacimientos pero no las infraestructuras necesarias para explotarlo, algo de lo que sí gozan en el norte.

El pasado viernes se conoció la firma de un acuerdo entre ambos gobiernos, que establece la repartición de ingresos del crudo procedentes de demarcaciones fronterizas en disputa, así como el pago por Juba a Jartum de 9,48 dólares por cada barril de combustible exportado a través de oleoductos ubicados en Sudán.

Metraf Sadiq, portavoz de la comitiva sudanesa que intervino en las negociaciones con Sudán del Sur, aseguró, por su parte, que el convenio petrolero entrará en vigor luego de que se negocie un acuerdo sobre seguridad.

CUESTIÓN DE LÍMITES
La disputa entre los dos Sudanes también se cierne sobre sus fronteras y el estatus de las zonas en disputa. Además, los dos países se acusan mutuamente de apoyar a grupos rebeldes en el territorio de la otra.

En declaraciones a la prensa, el funcionario Fatah señaló que tras el acuerdo entre ambos Estados podrían negociarse otros temas pendientes de solución entre Jartum y Juba, como el de los límites fronterizos.

El mediador de la Unión Africana, Mbeki, también ha anunciado en septiembre una cumbre entre el presidente de Sudán, Omar al-Bashir y el de Sudán del sur, Salva Kiir, para discutir la situación de Abyei, una región en disputa tan grande como Líbano.

Fuentes: Religión Digital, Fides, Protestante Digital

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