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no pudieron hacerlo debido a la intolerancia de un grupo de pobladores que impidieron el acceso de los mismos a la escuela.

Como parte de los conflictos religiosos que ocurren en México actualmente, en la comunidad de Nueva Jerusalén, del occidental estado de Michoacán, a diferencia de los más de 27 millones de niños que ingresaron a clases este lunes, los de aquí no pudieron hacerlo debido a la intolerancia de un grupo de pobladores que impidieron el acceso de los mismos a la escuela.
Laicos y religiosos se enfrentaron a golpes, luego que los segundos impidieran el acceso a maestros y alumnos a una escuela pública, mientras mujeres aparecían vestidas como la Virgen del Rosario, a la que adoran acompañadas de hombres, seguidores del líder religioso de la comunidad, Martín de Tours, según se hace llamar, con un resultado de tres personas lesionadas.


En la Nueva Jerusalén, donde el Gobierno del estado había prohibido jugar futbol, leer diarios, ver televisión o estudiar, unos 25 elementos policiales no pudieron resolver el problema en el momento mismo en que ocurrió, debido a que un número de pobladores se oponen a una educación laica, como establece la Constitución de la República, en esa comunidad.

Según declaraciones del gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, la educación será impartida como está establecido y pidió a la comunidad no considerar esa tolerancia como una “debilidad” del Gobierno, de manera que les recordó a los grupos intolerantes que no viven en un territorio aparte del resto del país y, por lo tanto, deben ceñirse a lo que en materia de educación legisla el país.

El funcionario informó que la situación en el lugar permanece tensa y, hasta ayer martes, no se había reanudado el nuevo curso escolar, en una comunidad que posee unos tres mil habitantes y está localizada a unos 440 kilómetros al oeste de Ciudad de México, dentro del municipio de Turicato, estado de Michoacán, la cual fuera fundada en 1973, luego de que, supuestamente, la Virgen del Rosario se le apareciera a una anciana llamada Gabina Romero, quien transmitió órdenes al párroco del Puruarán, Nabor Cárdenas Mejorada, para que creara esta comunidad que, según la visión que ella había tenido, sería “protegida por la divinidad”.

Un comunicado de la Conferencia del Episcopado (CEM) ha establecido, públicamente, que tal situación es un “atropello”, cuando se quiere imponer un credo religioso a los niños que asisten a la escuela primaria quitándoles el derecho a la educación, a la par que llamó a las autoridades locales a ser enérgicas e intervenir con inteligencia, a fin de resolver el conflicto, si “Las leyes son para acatarse, y en este caso, son las autoridades locales las que deben intervenir y poner orden en un conflicto que si no se atiende, puede llegar más lejos. No es un asunto que deba esperar, es momento de actuar y ejercer el Estado de derecho que se ha vulnerado”, expresa el texto.

Aclara, además, que el credo que sigue la mayoría de los habitantes de la comunidad Nueva Jerusalén, en Michoacán, nada tiene que ver con los postulados de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, cuando si bien utilizan símbolos propios de esa Iglesia, “reiteramos que nada tienen que ver con ella”, señala el CEM y aclara, también, que estos hechos no deben ser usados para confundir a la sociedad diciendo que la modificación Constitucional al Artículo 24, que se lleva a cabo en algunos estados, “conlleva o solapa la enseñanza religiosa”.

FUENTES: CNN, EL UNIVERSAL DE MÉXICO, ALC.

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