El pasado viernes miles de Hondureños marcharon por la paz en las calles junto a autoridades gubernamentales y diversas clases sociales, religiones y gente que manifestó su sed de justicia y cese de violencia.
La marcha acompañada de oraciones por las autoridades y marchistas de Honduras, se llevo a cabo en San Pedro Sula, en donde además de los miembros planeados, la gente se solidarizo y oró por la necesidad de un país distinto, necesitado de justicia.
Pastores Organizadores y autoridades gubernamentales, encabezaron la marcha exponiendo su fe, orando, manifestando las necesidades y exponiendo su solidaridad con el problema que azota Honduras.
La marcha inició a las 2:30 partiendo por el centro comercial “Megaplaza” y concluyendo en la via de Ferrrocarriles Nacionales de Honduras, donde se iniciaron plegarias a Dios acompañadas de cánticos, y diversos mensajes de reivindicación por buscar a Dios, “el único que puede sanar la tierra” según mensajes pastorales.
La pastora Enma Pinel de Sosa manifestó su confianza en el suceso, “Hubo muchas personas que siguieron la jornada y caminata de oración por radio y lo más importante es que algo está ocurriendo en el espíritu que se va a ver el cambio que todos van a reconocer que fue una convocatoria de parte de Dios”, reportó La Prensa Honduras.
Los marchantes oraron por el cese de violencia e inmoralidad en una nación que vive lastimada por males, confiando plenamente en sus peticiones para con Dios, “Que nuestro Dios tenga misericordia de nosotros y perdone nuestros pecados”, dijeron.
Además de la fe en los organizadores Juan Carlos Zuñiga, Alcalde de San Pedro Sula, externó su confianza en el cambio, “Sabemos que la oración tiene poder”, “Dios es el único que nos puede ayudar a cambiar el corazón de los hondureños y poder llevar paz, amor y una convivencia sana que todos necesitamos” proclamó.
La marcha además de ser convocada por evangélicos, fue un llamado para romper esquemas de pensamiento y unirse a una causa publica que afecta a la Nación entera.
Generalmente las manifestaciones acaban en disgusto por diferencias en los sectores dando paso a la violencia, pero en la pasada marcha el enfoque era pacifico, permitiendo que la percepción social fuera satisfactoria, uniendo al pueblo en oración.
Fuente: Christian Post
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