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El Grupo árabe para el diálogo cristiano musulmán «sigue con gran dolor la angustia de los cristianos de Iraq, especialmente en Mosul, donde los ataques han desplazado más de un millar de familias cristianas». En un comunicado denuncian estas prácticas, «que se contradicen con los más elementales valores humanos, los derechos, y con la libertad de creencias».

Los miembros del Grupo árabe están trabajando en instancias políticas con las autoridades religiosas para contribuir a encontrar una pronta solución para la catástrofe humana que ocurre en Iraq en general, y en Mosul en particular. Consideran que una continuidad de esta escalada de violencia podría dejar a Iraq vaciado de su población cristiana.

La nota firmada por Judge Abbas Al Halabi y el reverendo Riad Jarjour, Presidente y Secretario general del Grupo respectivamente, afirma que estos acontecimientos destruyen la diversidad,  religiosa, cultural o política; y no sólo afecta a los cristianos, sino también a varios confesiones, grupos étnicos y minorías en otros países.

Los cristianos de Iraq de hoy son herederos de un cristianismo oriental con una historia singular vinculada a los orígenes del cristianismo. Ellos también son un componente integral de la población iraquí, subrayan.

El cristianismo en Mesopotamia existe debido a los esfuerzos de Santo Tomás Apóstol. Laa primeraa Iglesias en el norte de Mosul fueron construidos durante el segundo siglo. Sin embargo, los más brillantes páginas de la historia fueron escritas durante las primeras décadas del Islam, en las que los cristianos enriquecieron la cultura árabe y la ciencia con contribuciones originales en la traducción, la medicina, y la filosofía.

La nota finaliza con palabras de Su Eminencia Emmanuel III Delly, Patriarca Caldeo de Babilonia: «Hemos vivido durante 14 siglos en el marco de un espíritu de tolerancia y hermandad, compartiendo la vida y la creación de nuestra querida nación juntos. No debemos rendirnos a la fuerzas oscuras procedentes de fuera que buscan destruir nuestra unidad nacional».

También la Liga árabe condenó ayer, en un hecho de gran importancia política, las agresiones cometidas contra cristianos iraquíes. El secretario general de la Liga árabe, Amro Musa, expresó su preocupación por estos incidentes y mostró su esperanza en que las medidas adoptadas por el Gobierno iraquí «pongan fin de inmediato a estas agresiones».

Musa aseguró que la Liga, compuesta por 22 miembros árabes, se ha puesto en contacto con distintos responsables iraquíes y con el patriarcado de Bagdad para buscar una solución para este problema. El secretario general de la organización que agrupa a todos los Estados árabes instó a los distintos responsables políticos y religiosos de Irak a impulsar su unidad y a proteger los derechos de las minorías en el país.

En el mismo día, la agencia vaticana Zenit, informó que el director de la Oficina de Información del Vaticano, el padre Federico Lombardi, dio a conocer la «enorme preocupación del Vaticano» por la violencia contra los cristianos en Mosul; «se advierte un problema de fundamentalismo islámico, que podría ser aún más agresivo dada la actual situación del país», dijo.

El padre Lombardi, en declaraciones a la agencia Reuters recogidas por «Radio Vaticano», se preguntó «si las autoridades iraquíes no están en situación de defender a los cristianos», o si por el contrario «no hay suficiente voluntad» de defenderles.

Según datos publicados por «Radio Vaticano», se estima que podrían quedar en la ciudad alrededor de 500 cristianos, frente a los 25.000 que integraban la comunidad cristiana antes de la Guerra del Golfo.

En un comunicado del ministerio iraquí de los Derechos Humanos, se informa que «2.275 familias cristianas de Mosul han abandonado la ciudad para huir de la violencia contra su comunidad», aunque «el éxodo ha cesado».

Desde Argentina, el Consejo para la Libertad Religiosa (CALIR) expresó en una nota de prensa: «Ante la situación que se vive en Irak, (CALIR) hace un firme llamado a las autoridades de ese país para que tomen todas las medidas necesarias en orden a que cesen los violentos ataques y sean respetados los derechos de la minoría cristiana, como asi tambien, los de cualquier persona en el libre ejercicio de su libertad religiosa».

Los hechos
 
Miles de cristianos han tenido que huir de Mosul, ciudad ubicada a 400 kilómetros al norte de Bagdad, por miedo a ser asesinados por grupos extremistas que han repartido panfletos en las que amenazan a los miembros de esta minoría con la muerte.

La guerra abierta contra los cristianos en esta localidad, hogar de los miembros de esta confesión desde hace 19 siglos, se desató el pasado 4 de octubre. En esa fecha, dos civiles cristianos fueron asesinados a sangre fría como preludio de una fatal cadena de homicidios perpetrados a la luz del día, ante decenas de testigos para sembrar el terror, y que ha tenido su continuidad en el envío de panfletos a las familias. Los últimos, firmados por un grupo el Consejo Consultivo de los Combatientes en Irak amenazan con el asesinato, si los señalados no se convierten al Islam, dejan sus casas o pagan la «yizyia», un impuesto revolucionario a cambio de protección.

Por ahora, la autoría del asedio a los cristianos iraquíes se atribuye tanto a grupos kurdos como a Al Qaeda, la hipótesis más repetida.

Laura Caro, corresponsal de ABC de España, escribe desde Jerusalem citando al vicario de la Custodia de Tierra Santa, Artemio Vítores: «Si la Liga árabe ha salido en defensa de los cristianos, bienvenido sea pero, objetivamente, deberían ser todas las naciones del mundo las que exigieran a los países árabes que defiendan a los cristianos, porque son sus ciudadanos, han nacido allí…Pero el problema fundamental, en el fondo, es que un cristiano en estos países siempre será considerado un renegado, un traidor que ha roto la Umma del Islam, la unidad política, social, legal, religiosa de los musulmanes por la que luchan los suníes radicales, Al Qaida, y en ese sentido el pronunciamiento de la Liga árabe sería también un apoyo al legítimo Gobierno de Irak».