El informe explica cuáles fueron los asuntos principales de conversación de este Foro, que  se reunía por décima edición y en el que participan profesionales cristianos de distintas áreas  (periodistas, teólogos, abogados, profesores, misioneros, pastores, representantes de asociaciones cristianas, etc.), de diferentes países europeos, incluyendo a algunas antiguas repúblicas soviéticas en defensa del derecho a la libertad religiosa en Europa.  Por parte de España participó en esta ocasión el abogado catalán Joaquín González Martín.

 RETROCESO EN ESPAÑA E ITALIA
En el encuentro se puso de manifiesto el retroceso que se está produciendo en materia de libertad religiosa en países con democracias consolidadas como España e Italia.  “Un excesivo celo regulador de normativas administrativas está privando a muchísimas comunidades evangélicas y de otros credos a abrir lugares de culto”,  afirma el informe del encuentro realizado por  Eliseo Gómez-Lor , presidente de la comisión de Libertad Religiosa de la Alianza Evangélica Española (AEE).

Precisamente  la información continua que la AEE pasa a la Alianza Evangélica Europea (de hecho, el secretario general de la AEE -Jaume Llenas- es miembro de la Junta Directiva de la Alianza europea) ha tenido un peso manifiesto en el informe  realizado.

Desde la Comisión se atendió al caso español, en el se enfatiza que  aunque legalmente “se reconoce la aconfesionalidad del Estado”, en la práctica “no existe una efectiva igualdad en cuanto al trato que se da a la Iglesia Católico-Romana y al resto de confesiones religiosas”.

Un ejemplo que evidencia este diferente criterio está en el  exceso de reglamentación  que imponen algunos ayuntamientos a confesiones diferentes a la Iglesia Católica y que hacen en la práctica imposible la apertura de nuevos lugares de culto.

 Este reglamento, excesivamente puntilloso para otras confesiones, ha provocado el cierre de diferentes iglesias y centros de cultos.  La Comisión calcula que “en la Comunidad de Madrid son más de veinte iglesias las que han sido clausuradas y en Cataluña, desde que entró en vigor en el año 2010 la ley de centros de cultos, han sido también numerosas las Iglesias que no han podido abrir sus puertas”.

En ciudades como Lleida “han sido clausuradas seis iglesias evangélicas, además de una de las mezquitas”. En otros lugares como Salt, en Girona, se ha sufrido el impedimento de la apertura de una iglesia evangélica y de una mezquita, bajo el beneplácito gubernamental “del xenófobo partido Plataforma por Cataluña”, explica el informe.

 SITUACIÓN SIMILAR EN ITALIA
En Italia la situación es semejante en lo se refiere a la dificultad que se está planteando a los lugares de culto.  Desde agosto de 2011 se han clausurado más de dieciséis centros de culto sólo en la región de Lombardía,  varios de ellos iglesias evangélicas formadas básicamente por inmigrantes brasileños, africano y rumanos. La clausura se realizó en base a supuestos problemas de ruido, contaminación ambiental, quejas de los vecinos y problemas de aparcamiento.

Generalmente, los mayores problemas de estas iglesias étnicas surgen en ciudades gobernadas por el partido de la Liga Norte “que es muy hostil hacia los inmigrantes”. El informe también recuerda que en Italia “debe tenerse presente el trato preferencial que el Estado da a la Iglesia Católico- Romana en detrimento del resto de Iglesias y confesiones religiosas”.

 ORACIÓN POR LIBERTAD
Finalmente se propone a los cristianos   unirse en oración por ambos países, atendiendo a la situación que atraviesan .  Propone la Comisión interceder “para que la influencia sociológica, cultural y religiosa de la Iglesia Católica no resulte discriminatoria y restrictiva de la libertad de religiosa, en especial para establecer y mantener lugares de culto abiertos por otras confesiones, en especial, la evangélica”.

Además se encomienda a los creyentes para que oren por sensibilidad “entre nuestros hermanos en Italia y España, especialmente a los recién llegados, para que aprendan a respetar las normas de convivencia en aquellos casos en que las quejas vecinales por ruido u otras molestias tengan una base real”, y además para que “nuestros legisladores sepan encontrar el balance entre la necesaria regulación de la convivencia y el derecho de libertad religiosa, estableciendo requisitos básicos y razonables para la apertura de lugares de culto, evitando los desproporcionados y fuera del alcance económico de la mayoría de las iglesias”.