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Washington, EUA (Cristianos.com) El presidente George W. Bush, lanzó ayer una enérgica defensa del proyecto de ley de inmigración que debate el Senado, y que cuenta con el apoyo de la Casa Blanca pero también con las críticas de muchos, conservadores y liberales. Bush renovó su cruzada a favor de una reforma migratoria, en momentos en que el Senado se alista para reanudar el debate y que una mayoría de la población apoya los cambios migratorios.

«Es la mejor esperanza para una reforma duradera (…) Merece apoyo generalizado. La apoyo con energía», dijo el mandatario en una visita al estado de Georgia.

Bush, quien habló ante el Centro de Entrenamiento de Oficiales Federales (FLETC) en la ciudad de Glyco, reiteró que los legisladores deben mostrar «valor» político y apoyarla.

La iniciativa analizada por el Congreso abre la puerta a la legalización de unos 12 millones de indocumentados que llegaron a este país antes de 2007, si cumplen condiciones como no tener récord criminal y pagan una multa.

El proyecto de ley crea además un plan de trabajo temporal, donde los futuros inmigrantes no podrán legalizarse, aumenta a 18 mil el número de agentes de la Patrulla Fronteriza y crea más de 500 kilómetros en bardas fronterizas.

La mayor oposición al proyecto de ley ha provenido de legisladores republicanos y de organizaciones conservadoras, que consideran la iniciativa como una «amnistía» disfrazada.

Los críticos de la legislación “siempre podrán elegir una pequeña parte de este proyecto de ley y encontrar algo que no les guste… Si quieres eliminar esta ley, si no quieres hacer lo que le conviene a EE.UU., puedes elegir un aspecto mínimo del proyecto”, afirmó.

Hablar de amnistía, agregó, “es una retórica política vacía, que intenta asustar a nuestros conciudadanos”.

“La amnistía es el perdón por estar aquí, sin incurrir en ningún tipo de penalización… Este proyecto de ley no es un proyecto de ley de amnistía”. “Si uno es serio a la hora de sacar de las sombras a inmigrantes ilegales que trabajan duro, tiene sentido apoyar una legislación que resolverá su situación sin animosidad, pero sin amnistía”.

Durante la primera semana de debate, el Senado aprobó una enmienda de un senador republicano que recortó a la mitad el plan de trabajo temporal, que originalmente permitía el ingreso anual de 400 mil trabajadores futuros.

Se espera que el Senado debata la propuesta de reforma migratoria una semana adicional a partir del próximo 4 de junio, cuando se reanuden las sesiones del Congreso. El proyecto debe también ser aprobado en la Cámara de Representantes.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, notificó sin embargo a la Casa Blanca que el presidente debe lograr el apoyo de al menos 70 republicanos antes que inicie el debate en el pleno.

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