Argentina

Este fin de semana aumentó considerablemente la asistencia a los distintos servicios religiosos tras la masacre en el estreno de Batman.

Las iglesias fueron el lugar de refugio espiritual para cientos de personas en Aurora (Denver, Colorado, Estados Unidos), una comunidad conmocionada tras la tragedia en el estreno de la película de Batman, en la que doce personas perdieron la vida abatidas por el joven James Holmes.


El viernes muchas abrieron sus puertas durante horas para atender a las personas de la comunidad, afectadas por el miedo, el dolor o la incomprensión ante un suceso de este tipo. Y este fin de semana fueron muchas las iglesias que programaron reuniones especiales, en las que hubo una mayor asistencia de la habitual.
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En la noche del domingo, todas las denominaciones religiosas se unieron a ciudadanos no creyentes en una vigilia frente a la alcaldía de Aurora, que queda sólo 35 km de Columbine, escenario en 1999 de una terrible masacre en una escuela donde murieron 13 personas.

[IMAGEN MULTIMEDIA] Por ejemplo, la iglesia Cherry Hill Community Church en Highlands Ranch, anunció que el mensaje del domingo, a cargo del pastor Lee Strobel, trataría especialmente el tema del sufrimiento. “La comunidad ha sido terriblemente sacudida por el trágico tiroteo en Aurora. Los cristianos han estado respondiendo a las vigilias de oración” dijo Strobel. “Nuestra iglesia se abrió para la oración y entendimos, al ver la respuesta de la gente, que necesitábamos cambiar el tema de este domingo, que será ¿Por qué Dios permite la tragedia y la sufrimiento?”.

AFRONTAR EL MIEDO
“Una de las grandes preguntas tras lo ocurrido es cómo manejamos el miedo”, dijo el pastor Mitch Hamilton, tras un culto en la iglesia bautista de la Mississippi Avenue, cerca del cine donde Holmes acabó con la vida de doce personas y dejó 58 heridos.

“Mi respuesta es que hay que volverse hacia Dios. No se puede pasar por esto solo. Dios te dice ‘Nunca te abandonaré’”, añadió el reverendo, quien durante el servicio para unos 300 fieles agradeció la labor de los servicios sanitarios y la policía por evitar un mal mayor. “¿Cómo podemos superar esto? ¿Cómo ir a trabajar? ¿Cómo dar un paso adelante? La respuesta es Cristo”, decía Hamilton.

Pero, “¿no parece que Dios no estuviera presente en el cine aquel trágico día? Eso es lo que parece”, respondió Hamilton. El pastor recordó que “ Dios nunca prometió que nos protegería de esta clase de cosas. Lo que promete es que, cuando estas cosas ocurren, él caminará con nosotros”.

Según el pastor bautista Allie McNider, su iglesia ha tenido un inusual número de concurrentes desde el pasado viernes. Los no creyentes también “están buscando un lugar donde ir adonde puedan sentir que hay esperanza”, dijo. “Estamos viendo a mucha gente que no viene normalmente”.
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En una iglesia católica cercana también han experimentado un aumento de la asistencia este domingo. El sacerdote Mauricio Bermúdez acusó durante la misa a la industria del entretenimiento. “Hoy en día vivimos en una cultura que promueve la violencia. Sólo miren los videojuegos, las películas, la televisión, los comerciales. Y la pregunta es en qué clase de gente nos estamos convirtiendo”, expresó Bermúdez.

LA CUESTIÓN DEL USO DE ARMAS DE FUEGO
Estos brutales ataques de Colorado se unen a una infeliz lista de sucesos similares en Estados Unidos. Los más notorios han sido masacre de la universidad Virginia Tech en 2007, cuando un hombre mató a 32 personas; la de la base militar Fort Hood en Texas en 2009, donde murieron 13 personas o la matanza en una universidad cristiana en Oakland hace pocos meses, que dejó siete muertos.

Siempre que un suceso de este tipo ocurre se abre nuevamente el debate del uso legal de armas de fuego por parte de la población civil, aunque nunca se llegan a tomar medidas de peso al respecto. En su blog semanal en Protestante Digital , el profesor Juan Francisco Martínez se cuestionaba esta carencia y denunciaba la «celebración de la violencia» en Estados Unidos.

«A pesar de que eventos como el de Aurora se han repetido varias veces en este país, no hacemos cambios en nuestras leyes, ni dudamos de nuestra capacidad individual de lidiar con nuestra tendencia violenta – denuncia Juan Francisco Martínez -.Así que, los eventos de Aurora nos hacen llorar, pero también nos obligan a llamar a la confesión social. Somos un pueblo intrigado por la violencia y ese contexto “prepara” a personas a llevar a cabo lo que ven en la televisión o cine. ¿Cuántas otras personas tendrán que morir para que desarrollemos leyes que limiten el acceso a las armas? ¿Cuándo vamos a reconocer que no podemos “alabar” la violencia sin que algunos en nuestra sociedad la lleven a cabo?».

Fuentes: Agencias, The Christian Post, Protestante Digital

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