Argentina

Muamba, el jugador de fútbol que vivió tras más de una hora de parada cardiaca, llevó la antorcha olímpica en su barrio de Londres.

Fabrice Muamba, el jugador del Bolton que a punto estuvo de morir sobre el césped tras sufrir un paro cardiaco durante una eliminatoria de la Copa inglesa este año, llevó la antorcha olímpica este sábado 22 de julio.

Muamba, procedente de la República de Congo, vive en Londres desde los 11 años y fue uno de los relevistas que recorrió con la llama olímpica el suburbio de Waltham Forest, donde estudió el futbolista.


«A Muamba le unen lazos estrechos con el barrio y ha visto transformarse el área durante la preparación de los Juegos», explicó en un comunicado el ayuntamiento. «Su corage y determinación para regresar al fútbol de elite es un ejemplo para los jóvenes de Waltham Forest.

UM MILAGRO, FE Y ORACIÓN

El corazón de Muamba se paró durante 78 minutos tras caer fulminado el 17 de marzo en Whie Hart Lane, el estadio del Tottenham Hostspur. Fue dado de alta tras cuatro semanas en el hospital.

Muamba es miembro de una iglesia evangélica. «La fe es una parte importante de toda mi familia», ha declarado. Además, cuenta, lee la Biblia siempre antes de saltar al campo para jugar. » Siempre leo la Biblia cada mañana y oro antes de salir a la cancha » ha explicado en entrevistas.

El jugador a lo largo de su trayectoria deportiva en todo momento ha expresado que Dios es la razón de todo lo que ha logrado como persona y futbolista.

La familia del futbolista Fabrice Muamba, tras sufrir la parada cardiaca, pidió oraciones por su recuperación, también en twitter: «Dios tiene el control. Por favor, mantengan a @fmuamba en sus oraciones».

Y la respuesta no se hizo esperar desde todos los frentes posibles. Redes sociales, declaraciones, testimonios públicos, cadenas de oración en las iglesias.

Desde su ingreso mejoró progresivamente. Tras varios días en estado crítico, comenzó a respirar de forma espontánea, sin ventilación mecánica. Luego no sólo recuperó la consciencia, sino que comenzó a hablar con familiares y compañeros. Ahora ya hace vida normal y se `plantea su vuelta a los campos de fútbol con un desfibrilador permanente bajo su piel.

Tras revisar las imágenes del partido en el que cayó desvanecido y estuvo a punto de morir él habla de una recuperación «milagrosa» teniendo en cuenta las palabras literales de los médicos del hospital y del propio club .

Fuentes: El Mundo, Protestante Digital

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