Argentina

Jim Caviezel, el actor que interpretó a Jesús en «La pasión de Cristo», una de las películas más polémicas de Mel Gibson, ha decidido poner su fama de hombre de Hollywood al servicio de la cinta «La verdad de Soraya M.», donde se recrea la lapidación real de una mujer en un pequeño pueblo de Irán.

La película cuenta cómo la valentía de Zahra (interpretada por la bellísima actriz iraní Shohre Aghdashloo), tía de la joven que muere lapidada, hace posible que el mundo conozca la terrible verdad de lo ocurrido en una aldea gobernada por energúmenos en nombre de la sharía (ley islámica)

El actor estadounidense da vida a Freidoune Sahebjam, el periodista franco-iraní que a finales de los años ochenta contó en un libro la historia de Soraya M., una muchacha injustamente acusada de adulterio y lapidada por la ira de sus vecinos, una historia real que ha dado lugar a una nueva vuelta de tuerca.

Esta vez mostrando en unas brutales imágenes la crueldad de un sistema y una religión llevada a los extremos y sostenida por la lectura fundamentalista del Corán.

Bajo la dirección de Cyrus Nowrasteh, autor también del guión, y producida por Steven McEveety y John Shepherd, responsables de cintas como «La pasión de Cristo» o «Braveheart», Jim Caviezel asegura que no podía decir «no» a colaborar en la película, a pesar de que su personaje apenas está en pantalla unos minutos.

En una rueda de prensa ofrecida hoy en Madrid, donde la película se estrenará el próximo 15 de octubre, al igual que en el resto de España, el actor afirma que «hay un precio que no debemos estar dispuestos a pagar, porque el mal no podrá avanzar si los buenos tienen miedo».

«A mí me da más miedo no hacer lo que considero lo adecuado, más allá de las críticas y, además, no todas las polémicas son malas», repite Caviezel.

Sobre el periodista, ya fallecido, al que encarna, dice que fue «un tipo valiente (…) que tuvo que vivir 30 años oculto, porque le declararon la fatua (condena a muerte de tipo religioso), siempre mirando hacia atrás por si alguien le seguía», y se lamenta de las dificultades («más de las que os podría contar ahora») que ha tenido la película.

El actor, de 42 años, explica sus sensaciones respecto a la temática de la cinta con continuas referencias a los nazis, al comunismo y al modo en que la sociedad del momento volvió la vista para otra parte cuando ambos regímenes fueron más crueles.

Caviezel procede de una familia de fuertes convicciones católicas y está casado con una profesora de igualmente sólidas creencias religiosas; quizá por ello, el actor siempre se ve obligado a responder sobre sus puntos de vista cada vez que se embarca en películas de trasfondo religioso, como es «La verdad de Soraya M.».

«Si empiezas a responder sobre religión y política la gente te etiqueta – dice-, pero al final, un hombre es lo que hace, y seas de la religión que seas y con el fervor que quieras, yo busco tres cosas: paz, calma y amor, y si no tienes esas tres cosas, ninguna religión sirve».

El también protagonista de «La delgada línea roja» asegura que su «gran motivación» ha sido, precisamente, que esta película se hiciera: «Utilicé la fama que se supone que yo tenía para ayudar a que se hiciera».

Pero por ello, y porque «el miedo sea demasiado grande», no debemos dejar de enfrentarnos con la verdad. «La indiferencia -asevera- va a ser el pecado del siglo XXI».

Y después de treinta minutos aportando aseveraciones de este tipo, el actor -de aspecto imponente y unos preciosos ojos azules- intenta convencer a su auditorio de que él quería hacer comedia; «soy un tipo divertido -ahora deberíais reíros-«, dice igual de serio.

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