Argentina

MANAGUA, 7 de febrero (ALC).- El anuncio de la  creación, por decreto presidencial del 30 de enero,de la Comisión o Consejo nacional de reconciliación y paz que quedaría en manos del Cardenal Miguel Obando y Bravo, ha despertado una tormenta entre los  sectores religiosos al extremo que la noche del lunes, el propio presidente Daniel  Ortega, aclaró que se trataba de una misión  pastoral  y no oficial.

Los  líderes evangélicos de las principales  instituciones y consejos de pastores han guardado distancia  sin omitir aún opiniones. Algunos se animaron a dar sus impresiones a nivel personal,como el pastor de la iglesia apostólica nacional, Ariel Quinto, también miembro de la asamblea del Centro Intereclesial de Estudios Teologicos  y Sociales (Cieets).

Quinto dijo que Nicaragua no está en guerra para crear dicha Comisión, y en todo caso lo mas sabio, hubiese sido convocado a una consulta  con los sectores religiosos, católicos y evangélicos. Según el ultimo censo en Nicaragua los  evangélicos conforman el 33 por ciento de la población, «por tanto somos una  fuerza a representativa que se debe oír. Mi iglesia no se sentiría representada en esa comisión o consejo», explicitó Quinto.

El profesor Evenor Jerez, miembro de la iglesia bautista y sub director del Consejo de Iglesias Evangélicas Pro Alianza Denominacional (Cepad), dijo que en su opinión  personal la Comisión no estaría mal, porque en el país hay muchos conflictos de tierras que el año pasado dejaron varias muertos. Agregó que esa comisión desempeñaría un buen papel sin sustituir a las instituciones establecidas para el reclamo de propiedades, sino que buscaría la armonía entre las partes para evitar la vía de la violencia.

De todos modos Jerez expresó que el primer mandatario debe tomar en cuenta y consultar  a los sectores religiosos, de la sociedad civil  y a ciudadanos  notables  sobre las funciones de   este Ministerio de reconciliación y paz.

«Estamos  observando todos estos giros políticos que se están dando porque son interesantes analizarlos- comentó el pastor Augusto Cesar Marenco del Ministerio Apostolar- si el Cardenal Obando acepta el cargo, entraría a la nomina del estado, al menos que el cargo sea honorífico».

La diputada Yamilet Bonilla de la Alianza Liberal nicaragüense, dijo que si el cardenal  Obando acepta el cargo sería una ofensa para la feligresía, porque el no representa a los miles de católicos. «Los cánones de la religión católica prohíben a un sacerdote ocupar cargos públicos y políticos y por su condición de Cardenal no puede asumir ese cargo», enfatizó.

El Obispo de Managua monseñor Leopoldo Brenes dijo, al salir  de la catedral el último domingo, que el cardenal Obando es un Obispo emérito que no tiene ninguna función ejecutiva en las estructuras de  la Iglesia Católica. También recordó la carta pastoral de agosto de 2006 que indica que ningún sacerdote puede participar en partidos políticos ni en cargos públicos. 

El obispo Brenes dejó tácitamente claro que como Obando no ejerce ningún cargo  en la conferencia episcopal, su participación en el controvertido ministerio no reflejaría de ninguna manera el sentimiento de la conferencia episcopal.

Trinidad Vázquez

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