Argentina

Iglesia católica, implicada en los hechos

“Cuando estábamos a tientas y no sabíamos a dónde acudir, la Iglesia católica no nos ayudó en nada; al contrario, estuvo en contra. Pero otras iglesias cristianas sí que colaboraron”, expresa la vicepresidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, Rosa Roisinblit, de 92 años .


La declaración surge a raíz de la reciente condena al dictador Jorge Rafael Videla, de 86 años, a la pena máxima solicitada por el fiscal y las Abuelas: 50 años de cárcel, por los robos de menores practicados durante la dictadura militar de Argentina (1976-1983).

Victoria Montenegro, de 36 años, hija de padres desaparecidos, cree que el juicio contra el plan sistemático de robo de bebés ha dejado en evidencia la participación que tuvo la Iglesia católica en los hechos . “Todavía muchos de ellos siguen dando misa, y eso es lo que más perturba. Yo soy creyente y creo en la Iglesia, pero hay personas que han hecho muchísimo daño. En mi caso, mi apropiador me contó que a mí me retiraron de una comisaría de la provincia de Buenos Aires. Había varios bebés, todos hijos de desaparecidos, cuidados por monjas. De hecho, a mí me bautizó en el cuartel Campo de Mayo un cura, no castrense, sabiendo plenamente que mis apropiadores no eran mis papás”.

“La apropiación vino desde el Estado. Todos sabemos lo que es la cadena de mando y nadie en el Ejército se apropia de un bebé y lo cría porque tiene ganas. Pero además de eso, se produjo la colaboración de un montón de personas que también aportaron para que existiera ese manto de impunidad y para que 36 años después todavía estemos buscando nietos”, añade Montenegro, «colaboró desde el que tomaba la inscripción en silencio en el registro civil y todos los que callaron e ignoraron las denuncias de nuestros familiares. Colaboraron los curas que bendecían las armas y les daban fuerzas a los hombres antes de los vuelos de la muerte”.

16 AÑOS DE LUCHA
Tras 16 años de reclamo ante la justicia, las abuelas de Plaza de Mayo han conseguido que los robos de menores practicados durante la dictadura militar de Argentina sean considerados un delito de Estado que se practicó de forma sistemática.

Bajo ese argumento, el Tribunal Oral número 6 de Argentina ha condenado al dictador Videla 50 años de cárcel. Videla, quien ya se encuentra en prisión por condenas anteriores, había solicitado la libertad condicional. Con esta sentencia será prácticamente imposible que se le conceda.

Hay once acusados. Dos de ellos son los dictadores Jorge Rafael Videla, de 86 años y Reynaldo Bignone, de 84. El resto son militares, un guardia de Marina, un agente de inteligencia y… Víctor y Susana, los dos padres “de crianza” de Francisco Madariaga Quintela, a quien él prefiere llamar “apropiadores”.

CONDENA EJEMPLAR
«Tiene que ser una condena ejemplar”, dice Francisco Madariaga (35 años) cuya madre, Silvia Mónica Quintela, fue secuestrada el 17 de enero de 1977, cuando ella tenía 28 años y estaba embarazada de cuatro meses. En julio de ese año nació Francisco en el hospital militar de la guarnición de Campo de Mayo, en la provincia de Buenos Aires. Pocas horas después del parto el bebé era trasladado a la casa de un militar y su madre, Silvia Mónica, desaparecía para siempre. El niño creció convencido de que el oficial Víctor Gallo y su esposa Susana Inés Colombo eran sus padres biológicos. Hace solo dos años y medio que descubrió la verdad .

“A mi mamá biológica se la llevaron al día siguiente de yo nacer para matarla en los vuelos de la muerte -las expediciones en las que se arrojaban a los presos de la dictadura desde los aviones al Río de la Plata-. Y él me robó como si yo fuese un juguete de guerra. Pero siempre me vio como a un enemigo. Desde los cinco años me violentaba y me golpeaba. Es un ser perverso. Y ella, mi apropiadora, fue su cómplice al ocultarme la verdad”.

LA HORA DE LA VERDAD
Francisco confiesa que desde los 20 años venía teniendo dudas sobre su identidad, por la violencia que Gallo ejercía sobre él. “Además, en el colegio todos mis compañeros me decían que yo no era hijo de ella porque no me parecía en nada. Un día, ya muy seriamente, golpeando la mesa le pregunté a ella si yo era su hijo biológico. Y ella dio un paso atrás y por toda respuesta dijo no con la cabeza. Y ese fue el momento más feliz de mi vida. Era el 2 de febrero de 2010. Yo tenía 32 años”.

El 3 de febrero fue a la sede de Abuelas, el 4 salió la orden de extracción de sangre. Entonces se comprobó que su padre biológico era el secretario de Abuelas, Abel Madariaga. “Él me contó que a mi mamá era médica cirujana y estaba haciendo la residencia en un hospital de Tigre. Soy de los pocos casos de nietos desparecidos que tienen a su padre vivo. En total no seremos más de cinco”, dice Madariaga.

400 DENUNCIAS POR RESOLVER
Desde que las Abuelas de la Plaza de Mayo decidieron denunciar ante la justicia la “apropiación sistemática” de los nietos desaparecidos durante la dictadura, 105 nietos recuperaron su identidad biológica. Y aún quedan 400 denuncias por resolver , según los cálculos de las Abuelas.

En este juicio se abordan los casos de 34 nietos, de los cuales solo 20 se prestaron a declarar. Y no fue nada fácil para muchos de ellos.

Fuentes: El País, Protestante Digital

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