Argentina

PANAMá, 20 de marzo (ALC).- En vísperas del día más sagrado para los cristianos, el Viernes Santo, quedó al descubierto una secta religiosa a la que se vincula con supuestas violaciones de menores de edad en la comunidad de Mocambo Abajo.

Las denuncias presentadas ante el Ministerio Público y el Tribunal de Niñez y Adolescencia, identifican a Noriel Aguilar como líder de la secta y supuesto responsable de haber violado a cuatro menores, usando como excusa los mensajes de la Biblia. Aguilar negó las acusaciones.

Detrás de una secta religiosa y diferencias familiares, se ha destapado un escándalo por la supuesta violación de menores de edad en Mocambo Abajo, una comunidad rural que en 1997 se alzó en una lucha por sus tierras, en el distrito capital del país.

Un grupo de la comunidad decidió revelar el secreto que han mantenido protegido por más de 10 años. «Pertenecimos a una secta religiosa que practicaba el sacrificio de animales y que tenía un líder al que llamábamos y tratábamos como dios», dijo Leovigildo Jordán, quien afirmó ser la antigua mano derecha del jefe del grupo, Noriel Aguilar.

El caso fue investigado en 2003 por las autoridades y medios de comunicación, pero la comunidad de Mocambo Abajo se las ingenió para encubrir a su líder religioso y las prácticas de la secta. El templo fue transformado en un taller de costura para despistar a los investigadores de la desaparecida Policía Técnica Judicial y a los periodistas.

Pero en noviembre pasado, un grupo de personas –entre ellas menores de edad que dicen haber sido violadas– se presentó a la justicia a interponer las denuncias. El caso relatado por los propios protagonistas parece haber sido sacado de una película de Hollywood. «Confiamos todo al señor Aguilar, le entregábamos nuestro sueldo completo y llegamos hasta a perder a nuestras mujeres e hijos», dijo Jordán.
 
Los recursos legales interpuestos ante el Ministerio Público revelan parte de la operación de la secta religiosa. Según estos documentos, los líderes del grupo utilizaban los pasajes y mensajes de la Biblia para justificar sus actos sexuales y otros abusos humanos.

«él me decía que nuestra parte [la vulva] es el templo de Dios y como Dios mora en él, él moraría ahí. Así fue que empezó a abusar de nosotras, señaló una de las denunciantes menor de edad.  La secta religiosa también estableció una alimentación comunitaria: se cocinaba en una sola olla la comida para todos los habitantes de Mocambo Abajo. Los hombres debían entregar a los líderes religiosos todo su dinero de cada quincena y las ventas de guandú iban a parar a un fondo común para supuestas obras en la vecindad.

Cada mes se sacrificaba un cordero, como muestra de creencia en Dios, y cada semana los líderes religiosos se reunían a puerta cerrada con las mujeres del grupo que debían participar sin ropa. Es decir, «como Eva en el paraíso», describe otra de las denuncias presentadas contra Noriel Aguilar. Sin embargo, durante el día y fuera de los encuentros religiosos, las mujeres debían usar trajes largos y tapar su cabeza con pañuelos.

El informe presentado por los investigadores de la antigua  Policía Técnica Judicial, hoy Dirección de Investigación Judicial  (DIJ) en 2005, no pudo confirmar la existencia de la secta pero sí algunos hechos irregulares que coinciden con las denuncias presentadas hoy.

Noriel Aguilar, salió a defenderse de las acusaciones y negó estar participando de una secta religiosa. Dijo que se defenderá ante los tribunales y que nunca se autoproclamó dios en la comunidad de Mocambo: «soy un ambientalista», aseguró. Aguilar señaló que a la fecha no ha sido notificado de las denuncias de violación a menores, pero de antemano rechaza en público que haya cometido estos actos.

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