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Colombia, (ORBITA).- En la denominada Columna del Día, publicada por el diario colombiano El Tiempo –Tanto en su versión impresa como en la web– el Sacerdote Jesuita Carlos Novoa escribió unas interesantes líneas, que defienden la puesta en escena de la polémica y controversial presentación de Madonna en su más reciente show denominado The Cofessions Tour.

Es de anotar que El Tiempo, es el diario más importante del país cafetero, con un tiraje representativo que cubre la totalidad del territorio nacional; por tal razón, un texto tan sugestivo, no puede ser pasado por alto, debido a la influencia que pueda ejercer sobre los lectores. La nota, que reproducimos en su totalidad a continuación, muestra una óptica completamente diferente a lo que convencionalmente se puede percibir de la presentación de la prestigiosa artista.

Madonna: Una Sugerente Presentación de Jesús

Por: Carlos Novoa S.J.

Por desgracia, algunos sectores del catolicismo y otras confesiones cristianas tienen una gran desconfianza del cuerpo, el desnudo femenino y masculino, lo erótico. Esta lamentable actitud va a contrapelo de la más pura tradición bíblica, ya que según el libro del Génesis Dios nos creó desnudos, tanto a mujeres como a hombres (cfr. Génesis 3: 10 – 11), «y vio Dios que era bueno» (Génesis 1: 31). Asimismo, Benedicto XVI nos ha recordado que lo erótico es profundamente humano y cristiano, ya que forma parte imprescindible del amor de Dios (cfr. Benedicto XVI, Carta Encíclica Dios es amor, Roma, 25 de diciembre de 2005, passim, www.vatican.va 16 de mayo de 2007).

«Toda persona debe hacer de su vida una obra de arte, una obra maestra», nos recuerda Juan Pablo II, el grande, en su bella Carta a los artistas. El gran Miguel ángel Buonarroti llenó de fascinantes desnudos femeninos y masculinos sus frescos de la bóveda y la pared del altar mayor, de la Capilla Sixtina, el sacrosanto lugar donde se elige al Santo Padre.

Al acercarnos a la belleza sin par del cuerpo humano, Miguel ángel buscaba cultivar en nosotros admiración y devoción por el Señor Jesús, de quien todo proviene de forma maravillosa y seductora, como lo es nuestro cuerpo. No faltaron quienes se escandalizaron con este tesoro incomparable del arte universal, llegando a ser calificado de herético por algunos altos eclesiásticos. Todas estas censuras llevaron a que le pintaran velos a los desnudos de esta obra maestra. Qué gran crimen artístico.

¿Cómo no acercarnos al Todopoderoso en el seductor erotismo de Dios presente en tantas obras de arte? El cálido beso de Santa Clara a la mano del cadáver de San Francisco en los espléndidos frescos del Giotto de la Basílica Superior de Asís, o la extraordinaria escultura marmórea del Bernini que representa la transverberación de Santa Teresa de ávila, en la iglesia de Santa María de la Victoria, en Roma, son maravillosas muestras de este erotismo. Y para evitar equívocos, por supuesto que me refiero a lo erótico bello y gratuito y no a su versión pornográfica barata o publicitaria pedestre que nos inunda.

Connotados artistas y críticos de arte constatan que la actriz estadounidense Madonna es una de las mejores coreógrafas de nuestros días. En sus excelentes puestas en escena, ella recurre a veces al desnudo de ambos sexos, lo que escandaliza a algunos, como en el caso de Buonarroti. Su último montaje artístico, The Confessions Tour (La gira de las confesiones), es algo digno de verse dada su alta calidad estética. Su versión en DVD ya se encuentra en el mercado y he tenido la posibilidad de contemplarla y analizarla varias veces.

En otros espectáculos de Madonna, como en The Confessions Tour, me ha impactado la honda espiritualidad de algunas de sus coreografías. De su última producción quisiera detenerme en una, Live to Tell (Vivir para contarlo), la cual, a mi juicio, es una muy sugestiva presentación y recreación de la compasión de Jesús. Para esto, la coreógrafa en cuestión recurre a un gran derroche de alta tecnología, conformado por inmensas pantallas de imagen computarizadas que constituyen el fondo del escenario, una magnífica orquestación, luminotecnia y sonido, y una parafernalia escénica muy creativa y sofisticada.

Todo este derroche exalta el tema de la canción que, con gran sentimiento y bella voz, entona Madonna. Este tema hace referencia a la belleza, la verdad y la luz que habitan en su interior de forma ardiente, y cómo ella tiene que contar y comunicar esta vivencia desbordante hasta ahora solo sentida por ella, y por ende secreta:

Men can tell a thousand lies (Los hombres pueden contar miles de mentiras)
but I know the truth so well(pero yo conozco la verdad muy bien)
Ever I have the chance (Siempre yo tengo la posibilidad)
again to tell the secret well (de contar bien el secreto de nuevo)
I will live to tell (Yo viviré para contarlo)

Oyendo este evocador poema me acuerdo de esa impactante sentencia de San Agustín de Hipona: Deus est intimior intimo meo (Dios es lo más íntimo de lo más íntimo de mí mismo). No olvidemos que para quienes nos hallamos en la senda cristiana, Jesús es la luz, la verdad y lo bello por antonomasia. Esta experiencia de intimidad de nuestra cantante ciertamente la levanta de la postración atávica de las mentiras y los engaños de los hombres, siendo la alusión al hecho Cristo clarísima en la escenificación de Live to Tell.

Madonna se halla en posición de crucifixión sobre una gran cruz plateada, portando una corona de espinas simulada en su cabeza; cuando esta cruz que se halla sobre el suelo se alza en posición vertical, un espectacular reflejo rojo ilumina la parte posterior de la cruz, cuyo color reverbera de forma impactante. En este momento ella empieza a entonar la canción y en la parte superior de la cruz hay un contador computarizado que pasa números de seis dígitos rápidamente, a la par del avance del canto, hasta parar en la cifra 12'000.000.

En este instante, y mientras la entonación vocal sigue, en las inmensas e pantallas computarizadas que conforman el fondo del escenario aparece la foto de niños negros africanos famélicos atravesada por una frase: 12 millones de niños en áfrica padecen sida (el INRI es el dolor de la humanidad). Se siguen presentando diversas fotos de este tipo de niños atravesadas por estas frases:

– Estaba desnudo y me vestiste
– Estaba enfermo y me cuidaste
– Y Dios respondió:
– Todo lo que hicieron con uno de estos abandonados, conmigo mismo lo hicieron,

Mateo 25 Y en este momento termina la canción.

Con toda pena de algunos críticos, pero ésto no se trata de una burla a la cruz sino de todo lo contrario: Una exaltación del misterio de la muerte y resurrección de Jesús en su desvivirse por sus predilectos, los más sufridos, de una factura estética, artística y creativa impactante en absoluto. Tengo que confesar que Live to Tell es de los mejores sermones que he presenciado en mi vida, y no me cabe la menor duda que ha tocado el corazón de miles y miles. En un mundo postmoderno, escéptico, donde tanta gente aborrece la fe o simplemente no le interesa, ¿tendremos nosotros ministros servidores de la Iglesia y católicos en general esta audacia y esta creatividad para comunicar un Jesús que realmente sacuda el interior de las gentes?

Admito que algunas actuaciones de Madonna puedan ser estrafalarias y variopintas. Sin embargo, esto mismo dijeron del gran Beethoven cuando estrenó varias de sus mejores composiciones, y de Picasso, uno de los grandes hitos del arte actual, cuando presentó en 1907 una de sus eximias obras maestras: Les Demoiselles d'Avignon (Las señoritas de Aviñon), un grupo de desnudos femeninos de gran desparpajo al óleo, el cual marca el inicio del cubismo.

Ya hemos constatado que al gran Miguel ángel hasta de hereje lo tacharon por sus desnudos al fresco. No es tan fácil calificar el arte y los artistas cuando su imaginario es tan propio y muy diverso al nuestro, y de todas maneras, una libertad de gran calado constituye el juego de las formas que engendra la creación artística.

Germán Garavito Rodríguez
Bogotá D.C. – Colombia

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