Argentina

PEREIRA, (GospelNoticias.Com/ALC).- El clérigo, José Francey Díaz Toro aceptó los cargos que le significó la reducción de la pena a la mitad, aunque está pendiente la reparación a los allegados de las víctimas: María del Carmen Arango, de 31 años, y su hija María Camila Díaz Arango, de 5 años, cuyos restos fueron hallados incinerados el 15 de febrero de 2007 entre Belén de Umbría (Risaralda) y Anserma (Caldas).
 
Según dio a conocer el Diario El Tiempo, se habría creído que el hecho era obra de sectas satánicas por

la cercanía del 13 de febrero. Una fotografía encontrada luego, donde aparecía el sacerdote Díaz Toro, la mujer y la niña, dieron nuevas luces a la investigación, según reveló Ana Carmona, madre y abuela de las víctimas.
 
Las investigaciones y las solicitudes de los familiares de las víctimas que pidieron a las autoridades

que se investigara al sacerdote, llevó a conocer que el religioso mantenía una relación con María del Carmen, de cuya  unión nació la pequeña María Camila, a quien el clérigo había reconocido como su hija ante la Registraduría de Dosquebradas (Risaralda), resultados que causaron revuelo en ese entonces, y más aún conocer las circunstancias de la muerte de ambas.
 
El diario señaló además que una presunta infidelidad por parte del religioso, -una de tantas, según
allegados a las víctimas- provocó la ira de María del Carmen Arango, que amenazó con revelar a las autoridades eclesiásticas toda la situación, la misma que habría desencadenado el doble crimen. Se conoció que ambas murieron a garrotazos en la casa cural y sus cadáveres llevados hasta ese paraje
entre los dos departamentos e incinerados para ocultar el crimen.
 
El día de ayer, Díaz Toro quien fue capturado a finales del año pasado, pasó de los púlpitos a los e
strados judiciales aceptando los cargos que le imputó el fiscal encargado del caso. Díaz Toro declaró
a la prensa que pedía perdón y que «nadie sabe lo de nadie».
 
Loa familiares de las víctimas, señalaron que 23 años años eran muy poco tiempo para pagar por lo que
hizo, y añadieron que ellos eran los únicos que sabían de la relación de más de 10 años de su hermana e
hija con el sacerdote.
 
El Juzgado Penal de Belén de Umbría, que condenó al clérigo a 23 años de prisión, fijó para el próximo
28 de enero otra audiencia en la que se establecerá el monto de las reparaciones y las personas que tienen derecho a ellas, indicó el órgano judicial.

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