Argentina

Venezuela, (ORBITA).-  La delincuencia no deja tregua en la ciudad de San José de Chirica y andar a cualquier hora fuera de casa, es prácticamente una condena de muerte en San Félix para los ciudadanos, aun sin tener ningún tipo de problemas. Ahora para los hampones no es suficiente atracar a una persona, pues muchas veces asesinan a las víctimas por cualquier motivo, aun después de llevarse todo y sin resistirse.

Este fue el caso de Jairo José Acosta González, de 29 años de edad, quien era cristiano evangélico y fue asesinado por varios sujetos que lo interceptaron junto a otros hermanos en el sector Atlanta de San José de Chirica, para aparentemente despojarlos de sus pertenencias cuando regresaban luego de participar en una campaña evangélica.

 Algunos testigos del suceso comentaron que todo ocurrió en horas de la madrugada del domingo, cuando la víctima iba hasta su casa en la calle José Félix Ribas de esta misma barriada, después de una campaña evangélica. Aparentemente varios individuos los interceptaron y antes de asesinarlo, les quitaron absolutamente todo, incluyendo celulares, zapatos y hasta algunas prendas de vestir.

 Varios parientes comentaron que aún después de entregar absolutamente todo, uno de los malandros le disparó a Acosta cuando estaba tirado en el suelo, pues aparentemente éste le dijo que Dios lo castigaría por hacer lo que hacía. El comentario bastó y sobró para que le disparara sin pensarlo mucho.

 Luis José Acosta comentó que su hijo no tenía problemas con nadie, pues desde hace varios años se congregaba en una iglesia evangélica del sector, donde además van varios integrantes de su familia. Dijo además que en muy pocas oportunidades andaba en la calle a tan altas horas de la noche, por la delincuencia que hay en la ciudad.

 “Después que estaba en el suelo fue que le dispararon, pero a todos los robaron y les quitaron todo cuando venían para la casa. él deja una hija huérfana”, comentó.

 Desesperados ante lo sucedido, las personas que acompañaban a Acosta llamaron a varios vecinos y éstos establecieron comunicación con los paramédicos del 1-7-1, quienes lo trasladaron de inmediato hasta la sala de urgencias del Hospital Dr. Raúl Leoni de Guaiparo, donde falleció minutos después de haber ingresado.

 El disparo que recibió la víctima en la cabeza fue tan grave que sólo agonizó durante unos minutos, pero ni los médicos del centro asistencial pudieron estabilizar sus signos vitales.

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