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ECUADOR-. Miles de fieles ecuatorianos clamaron el domingo por la vida y la familia en inusuales misas al aire libre convocadas por obispos católicos de Guayaquil, bastión opositor, para repudiar el proyecto oficialista de Constitución que irá a referendo en 13 días.

En medio de su enfrentamiento con el gobierno, la Iglesia dio muestra de su poder de convocatoria al reunir a multitudes para defender sus reparos a una iniciativa que consideran favorable al aborto, al matrimonio entre homosexuales y a la concentración del poder en el presidente Rafael Correa.
El mensaje de monseñor Antonio Arregui, presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), se oyó a lo largo de una céntrica vía de Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador y polo opositor a Correa.

«Todos deben reconocer su derecho a la vida, todos debemos ayudar a la viabilidad de esas vidas, cuando hay dificultades. Nunca podremos aceptar que esas vidas sean sacrificadas», dijo el prelado en una homilía que fue seguida por los feligreses a través de pantallas gigantes dispuestas a lo largo de la calle Machala, donde se imponían los colores blanco y amarillo del Vaticano.
Con 13.3 millones de habitantes, Ecuador es un país de mayoría católica donde rige el estado laico.
Como pocas veces, los prelados compartieron el domingo el altar con pastores cristianos evangélicos para lanzar plegarias a favor de sus valores en tres ceremonias simultáneas en Guayaquil, en las que no se observó a partidarios del gobierno.
Monseñor Arregui, quien ha denunciado amenazas de muerte y hostigamiento judicial por su rechazo a la Constitución, invocó la tradición cristiana para defender la vida, la familia conformada por un hombre y una mujer y la unidad de la Iglesia ante los supuestos intentos del Ejecutivo por dividirla.
«Pedimos que siempre se reconozca el designio de Dios creador cuando hizo al varón y a la mujer, igualmente dignos y exactamente complementarios para que se ayudaran en estrecha sociedad y se convirtieran en fuente de nuevas vidas», sostuvo el jerarca.
Arregui, quien evitó aludir directamente a Correa, levantó aplausos cada vez que defendió la doctrina eclesiástica ante la vida, la unión familiar y la libertad religiosa, temas que distanciaron al clero del mandatario ecuatoriano, quien se describe como católico practicante de izquierda.
Aun cuando la iniciativa constitucional, que según encuestas sería aprobada por 56 por ciento de los electores, no menciona abiertamente el aborto o el matrimonio gay, el clero cree que el texto es ambiguo y deja abierta la puerta a esas prácticas.
Antes de llegar a la tarima principal cientos de católicos caminaron en procesión con camisetas blancas en las que se leía: «Corazón de Jesús ¡salva a Ecuador!», y algunos exhibieron carteles cargados de símbolos religiosos con un llamamiento a votar en contra de la Carta Política el 28 de septiembre.
«Me sorprende que Correa se llame católico cuando quiere dividir la Iglesia entre sacerdotes y obispos ‘pelucones’ [ricos] para sacar un fin político», dijo Sonia Crespo, una de las organizadoras del acto.
Según sus cálculos, unas 100.000 personas atendieron el llamado de la Iglesia en una jornada en la que pudo verse a sacerdotes confesando en carpas o repartiendo hostias en cada esquina, y a mujeres y enfermos arrodillados clamando al cielo.
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